La Dra. Alison Taylor, del Institute of Field Archaeologists,
presentaba recientemente en la Escuela Británica de Roma un trabajo que
ha despertado el interés de la comunidad científica y causado un cierto
revuelo en la sociedad británica. En una noticia de prensa, publicada
en The Guardian, se avanzan unas primeras conclusiones que llevan a la
Dra. Taylor y a otros colegas suyos a considerar equivocado el modelo de
gente civilizada que hasta ahora se tenía de los romanos. El hallazgo,
en diferentes excavaciones británicas, de cuerpos salvajemente
torturados, desmembrados y decapitados, como los aparecidos en Walbrook,
un arroyo cercano al Támesis, donde al menos seis personas fueron
decapitadas y sus cabezas presentadas como ofrendas a la divinidad o la
aparición de huesos humanos en zanjas próximas a templos y en pozos
rituales, ha llevado a esta conclusión. Hasta el momento, este tipo de
hallazgos se había atribuido a rituales celebrados por los druidas, pero
los últimos restos pueden fecharse en el siglo II, lo que indicaría que
fueron legionarios romanos los autores de tales hechos.
La incógnita que hoy plantean estos hallazgos es si en la sociedad romana fue habitual la práctica de sacrificios humanos,
tal como nosotros entendemos este término, es decir, dar muerte a una
persona o varias, como parte de un ritual religioso destinado a obtener
el favor de los dioses o aplacar su ira; o si se trató de simples
episodios esporádicos. Una cuestión aparte es la de la crueldad o el mal
trato dado a las poblaciones conquistadas por parte de las tropas
romanas. Esta si debió ser una práctica generalizada y en este contexto
pensamos que deben encuadrarse los hallazgos de Inglaterra, que
confirman unas prácticas que fueron relatadas por los escritores de la
Antigüedad y tienen frecuente reflejo en el arte. Sin embargo, no debe
descartarse la existencia de sacrificios humanos entre los romanos que,
aunque no fueron frecuentes, sí se dieron en determinados momentos de su
historia.